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¿QUÉ ES LA ARTRITIS REUMATOIDE?

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria sistémica que se manifiesta predominantemente en la membrana sinovial de las articulaciones diartrodiales. La inflamación se desarrolla en un huésped genéticamente predispuesto, no se han identificado eventos exógenos que precipiten el desarrollo de la enfermedad.


El proceso inflamatorio crónico induce cambios en la composición celular, en el perfil de expresión génica de la posición sinovial y en el perfil de expresión génica de la membrana sinovial, lo que resulta en hiperplasia de los fibroblastos sinoviales y daño estructural del cartílago, hueso y ligamentos.


La enfermedad extraarticular que afecta a una variedad de órganos ocurre en la mayoría de los pacientes y es un factor significativo en la morbilidad y mortalidad de las personas con AR. La gravedad de la AR abarca un amplio espectro, que va desde la enfermedad autolimitada, hasta la enfermedad crónica progresiva, lo que causa diversos grados de destrucción articular y una afectación extrapleural del órgano clínicamente evidente.


Esta heterogeneidad clínica está determinada por factores genéticos y ambientales que controlan la progresión, el grado y el patrón de la inflamación.

Tratamiento de la artritis reumatoide

La artritis reumatoide es un trastorno crónico para el cual no existe una cura conocida. Afortunadamente, en los últimos años, un cambio en la estrategia hacia la institución anterior de medicamentos modificadores de la enfermedad y la disponibilidad de nuevas clases de medicamentos han mejorado enormemente los resultados que puede esperar la mayoría de los pacientes.


El tratamiento de la artritis reumatoide requiere un programa integral que combine apoyo médico, social y emocional para el paciente. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos, reducción del estrés articular, terapia física y ocupacional y la intervención quirúrgica.

Estrategias farmacológicas

Hay tres clases generales de medicamentos que se usan comúnmente en el tratamiento de la artritis reumatoide: agentes antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides y enfermedades que modifican las drogas antirreumáticas. Los AINE y los corticosteroides tienen un inicio de acción corto, mientras que los FARME pueden tardar varias semanas o meses en demostrar un efecto clínico.

Los
FARME incluyen metotrexato, sulfasalazina, leflunomida (arava) etanercept (Enbrel) infliximab (Remicade) adalimumab (Humira), certolizumab pegol (Cimzia), rituximab (rituxan) antimalariales (plaquenil) y otros. También se usan ocasionalmente inmunomoduladores, incluyendo azathioprina (Imuran) y ciclosporina.

Epidemiología

La artritis reumatoide tiene una distribución mundial y afecta a todos los grupos étnicos. La enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, pero su prevalencia aumenta con la edad, la incidencia máxima es entre la cuarta y la sexta décadas.

Es una enfermedad de respuesta inmune aberrante en un huésped genéticamente predispuesto que conduce a una inflamación sinovial crónica progresiva y a la destrucción de arquitectura conjunta.

Los esfuerzos de investigación han arrojado luz sobre los
factores genéticos, los defectos inmunorreguladores y los mecanismos efectores que conducen a la lesión tisular.

Aunque el impacto de los factores genéticos es obvio, la base genética es compleja y no es suficiente para explicar el desencadenamiento de la injuria inmune. Los factores precipitantes no se han identificado y sigue siendo un tema de debate si la enfermedad es desencadenada por un agente infeccioso exógeno, una brecha en la tolerancia que conduce a la autoinmunidad clásica o simplemente eventos estocásticos que se han acumulado con la edad.

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